Me pareció mejor dar á la nueva novela su nombre actual: LA BARRACA. Primeramente se publicó en el folletón de El Pueblo, pasando casi inadvertida. Mis bravos amigos, los lectores del diario, sólo pensaban en el triunfo de la República, y no podÃan interesarles gran cosa unas luchas entre huertanos, rústicos personajes que ellos contemplaban de cerca á todas horas. Francisco Sempere, mi compañero de empresas editoriales, que iniciaba entonces su carrera y era todavÃa simple librero de lance, publicó una edición de LA BARRACA de 700 ejemplares, al precio de una peseta. Tampoco fué considerable el éxito del volumen. Creo que no pasaron de 500 los ejemplares vendidos.